Escultura Griega

Los griegos destacaron especialmente en el arte de la escultura. Su ideal de belleza valoraba la proporción y el equilibrio, destacando las representaciones idealizadas de elementos mitológicos y bélicos.
Se distinguen tres etapas principales en la escultura griega. La primera la época Arcaica (s. VII y VI a. C.), se caracteriza por el estatismo y frontalidad de las representaciones. Son famosos los Kuros y las Kores, esculturas respectivamente masculinas y femeninas de jóvenes en posturas rígidas. A esta época le sigue la época Clásica (s. V y parte del IV a. C.) en la cual las figuras adquieren dinamismo y expresión, desapareciendo la ley de la frontalidad. En la última época, la Helenística (s. IV-II a. C.), se llega al culmen del dinamismo y realismo. Se pierde el afán idealizador para buscar una representación más fiel a la naturaleza.
La escultura griega sirvió de punto de partida de la escultura romana a través de las copias que llegaban a Roma de Grecia. Gracias a ellos conocemos cómo fueron muchas de las grandes obras hoy desaparecidas.